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Intro

Objetivos

Itinerario

Ficha Informativa

Plano

 

Ficha de Apoyo

Tu opinión cuenta

Sacromonte

Sonoros

Cartografía

 

Ruta del Juglar en Granada la Bella

Materiales

Introducción

 
 

Nuestra propuesta comprende una visión de conjunto que compromete materiales de origen muy diverso, y representa un mosaico de la historia vivida. Una historia que -teniendo su origen en Granada- trasciende los límites físicos de la ciudad. Por ello su importancia y su presencia en el perfil del pensamiento y las emociones, los rituales y los festejos, la literatura y la poesía, el construirse a lo largo de la historia como prototipo de español medio, influenciado en casi todos los ámbitos de la experiencia de vida.

Ofecemos a continuación un conjunto de materiales que nos sirvan tanto como elementos introductorios como información sensible sobre los contenidos de la historia que nos trae. Este capítulo comienza a gestarse ahora, y por tanto es susceptible de ampliaciones como de modificaciones. En su resultado final intervendrán tanto vuestras opiniones como vuestras aportaciones.

Confiemos que os sirvan de ayuda.

 

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Temas

 

Seleccionamos los temas según su inclusión en los contenidos de la Ruta y por orden aproximado de aparición.

  • Granada y el Medio Físico.
  • La memoria poética oral: Romancero Épico y de Fronteras. El siglo XV.
  • El legado morisco: Alquimia del Sacromonte: los libros plúmbeos.
  • Cervantes y El Quijote.
  • Romancero Morisco.
  • La ciudad sacralizada.
  • El siglo XIX: Guerra de la Independencia; Mariana de Pineda.
  • García Lorca y el Romancero Gitano
  • La ciudad a través de los siglos. La desconfiguración de la ciudad.
  • La obra escrita por Ángel Ganivet: Granada la Bella.


La rica tradición romancerística (romances moriscos y de frontera), nos ayudará a orientarnos en nuestra ruta a modo de guión y desencadenante. El legado Morisco nos proveerá de acontecimientos históricos, episodios, sucedidos y leyendas, estrechamente unidos a la ciudad. Y por último, con Ganivet extraeremos alguna clase de visión sobre la evolución del espacio urbano, en su conjunto, a través de los siglos.
Como elemento ilustrativo, se nos hace inseparable el Romancero Gitano, fruto probable del encuentro de García Lorca con Menéndez Pidal en 1920.

La visita se ceñirá a algunas de las visiones de autores y especialistas que han tenido algún peso específico en Granada: Á. Ganivet, F.G. Lorca, M. de Luna, J.C. Baroja, M.J. Hagerty, L. de Mármol, …y tantos otros; por lo que no será una visita estrictamente romántica sino documentada.

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Objetivos Destacados

 


- Introducción al medio ambiente de la ciudad y su entorno físico.
- Conocer la tradición oral del romance y la leyenda.
- Dar a conocer la existencia de los moriscos del reino de Granada y su influencia en los diversos aspectos de la religión, la cultura, la política y las costumbres.
- Introducción a la obra Granada La Bella. Incitar a reflexionar sobre nuestros modelos actuales de ciudad.
- Primeras fuentes del Romancero Gitano: Lorca y Menéndez Pidal.

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Ruta.

Contacto

 

Los Proscritos.
Espacio 1.- De Valparaiso a Sacromonte. Cecilio Aben Alradi. Romance de Abenamar. Los tesoros de los moros.

Espacio 2.- García Lorca, Menéndez Pidal y El Piña: Romance de Gerineldo.

Los Halconeros.
Espacio 3.- Casa morisca del Chapiz. Los moriscos de Granada. Romancero Morisco: Morilla de bel catar.

Los Axares.
Espacio 4.- Puerta de Los Estandartes. Romance de los Tres Lobos.

Alcazaba Qadima.
Espacio 5.- San Nicolás. Romance de la Pérdida de Alhama.

Espacio 6.- Puerta de Hinz Roman. San Cecilio, patrón de la ciudad.

Espacio 7.- Aljibe de la Gitana. El agua del Albaicín. García Lorca: Romance Sonámbulo. Leyenda del Cristo de las azucenas.

Espacio 8.- La ocupación cristiana. Leyenda de María la Miel. El Aljibe. Romance de Boabdil y Vindaraja.

Espacio 9.- La piedra negra. Placeta del Almez.

Los Axares.
Espacio 10.- Puerta de los Conversos. Mezquita. San Juan de los Reyes. Leyenda del Ruiseñor.

Espacio 11.- El Bañuelo. Romance de las Tres Cautivas. Puerta de los Tableros.

Espacio 12.- Cuesta de Santa Inés. Siglo XIX. Guerra Independencia. Mariana Pineda.

La Medina.
Final.- Plaza Nueva. Santa Ana. Ganivet y Granada La Bella.

Cultura Oral

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Plano.

Contacto

 

plano

 

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Ficha Informativa.

Juglaria

 

 

Tiempo máximo del recorrido: 3 horas y media.

Tiempo recomendable: A concertar con los centros.

Horario de salida: 10 horas.

Precio por alumno/a: 5 €

Número máximo de alumnos: 50

Número mínimo de alumnos: 25/30

Tiempo para el desayuno: 20 minutos

Lugar de salida: Explanada de San Miguel Alto.

Lugar de llegada: Plaza Nueva.

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Ficha de apoyo.

 

La visita de Granada posee tantas implicaciones a tantos niveles, que precisa un tratamiento singularizado. Son tantos los niveles y relieves que, para evitar la dispersión tanto como el exceso de información, necesitamos hacer una lectura orgánica en directa relación con el medio. De hecho se escoge el recorrido como un guión narrativo de lo que se pretende contar.

El romancero fronterizo y morisco.

Nosotros vamos a partir desde el último siglo del reino granadino andalusí bajo los nazaríes. Es el momento histórico del surgimiento del romancero épico más singular de nuestra producción poética. Sus referencias son siempre acontecimientos reales documentados: son crónicas de guerra entre fronteras, son retratos de personajes muy directos, muy vívidos, son paisaje, torres y castillos. Son piezas únicas.

 

TEXTOS

 

Abenamar

Morilla de bel catar

Los tres lobos

La pérdida de Alhama

Boabdil y Vindaraja

Las tres cautivas

Entrada de los RRCC en Granada

La pérdida de Antequera

 

Archivo Sonoro

Los Moriscos del reino de Granada.

Granada y los moriscos son indisociables. La caída de Granada produjo esa adjetivación en los moradores de la ciudad; los que no se fueron, los que fueron obligados a la rendición incondicional, a pesar de las Capitulaciones. Desde 1492 hasta 1609 vivieron en permanente estado de inquietud, hasta su expulsión. Esos siglos, por otra parte, dieron lugar a una parte importante del substrato ideológico de rechazo en el ámbito cristiano, que podemos observar todavía en nuestros días. Una de las mayores injusticias sociales y políticas tuvieron lugar en esos largos años. Dado su enraizamiento con la tierra que los vio nacer, se hace muy difícil establecer una línea divisoria. La intolerancia religiosa puso la frontera en el ámbito de la vida cotidiana. Ellos nos dejaron lo que no podemos rebatir: sus ciudades, sus ingenios tecnológicos, sus costumbres... e incluso una de las más bellas falsificaciones históricas que aún subsiste en nuestros días: el Sacromonte. El romancero recoge, tiempo después, una rica y prolífica tradición de obras que reflejan esos años, sólo que ahora trasmutada en visiones más o menos idílicas, demasiado líricas para ser ciertas.

 

TEXTOS

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Los Moriscos del reino de Granada.

Falsificaciones Históricas.

Julio Caro Baroja

 

Los Plomos del Sacromonte.

Miguel J. Hagerty

Las Capitulaciones de Santa Fe

Viaje por Portugal y España.

Jerónimo Münzer

Los Gitanos y Los Moriscos

Manuel Martínez

El varón apostólico San Cecilio, entre la leyenda y la fe.

Emilia Cobo

 

La ciudad a través del tiempo.

Granada La Bella de Ángel Ganivet es para nosotros un elemento clave en nuestra visita.

Su visión de la ciudad es ciertamente muy contemporánea. Anticipándose a los desmanes de la destrucción urbanística, realiza una encendida defensa de un modelo de ciudad amable y orgánica. Lamenta que Granada sea la única ciudad que entierra a sus ríos; o la desaparición de la antigua medina; o la lucha denodada por conseguir una calle suficientemente recta para poder asemejarse a los modelos europeos... sin poder ver jamás que Granada fue siempre otra cosa. La ciudad anhelada por los viejos cristianos, que en su momento representó el bocado más apetitoso... la ciudad de cuento, salvó una ínfima parte de lo que fue: la Alhambra sea ejemplo de ello. La leyenda cuenta que José -Pepe de toda la vida- la salvó arrojándose al reguero de pólvora que haría estallar el polvorín.

TEXTOS

 

Granada La Bella

Granada Musulmana Desparecida

 

García Lorca y el Romancero Gitano.

En 1920 llega a Granada Menéndez Pidal acompañado de su hija Jimena. Fernando de los Ríos les presenta a Federico, joven de 22 años, y Lorca se ofrece como guía en la búsqueda de registros orales de romances, tanto en el Sacromonte como en el Albaicín. En aquella incursión adquirió conciencia de su existencia y de en qué formas se podría encuestar a los portadores de esta tradición. Andar por Granada con el romancero, y no ver referencias de uno de sus poetas más emblemáticos se nos haría difícil. Es por ello que García Lorca se nos hará presente en el recorrido.

 

TEXTOS

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  Gerineldo Romance sonámbulo
Contacto

 

Tu opinión cuenta

Si así lo deseas puedes dejarnos tu opinión sobre el recorrido, sugerencias de mejora, rutas alternativas, tiempos de duración... incluso opiniones positivas o que te parezcan adecuadas.

Nosotros prometemos tenerlas en cuenta.

Para dejarnos tu opinión sólo tienes que pinchar en el siguiente enlace. Entrarás en la página de Culturaoral.es/blog: Rutas del Romancero. Escribe.

Contacto: Ruta del Juglar

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Paisaje

 

cerro

Si hay algo más sobresaliente en Granada es sin duda el paisaje. Y ya que nuestra ruta posee un aspecto paisajístico destacable, he aquí algunos textos que nos van a ayudar a ubicarnos en el espacio.

TEXTOS

 

El paisaje del cerro de San Miguel

Los Miradores

 

Los Plomos del Sacromonte

Extracto del Texto "A vueltas con los Libros Plúmbeos de Granada. Nuevas reflexiones y alguna conclusión Manuel Barrios Aguilera Universidad de Granada" PLOMO

...El 18 de marzo de 1588, día del arcángel San Gabriel, unos peones que trabajaban en el derribo de la Torre Vieja, conocida como Turpiana, de la antigua mezquita principal, que estorbaba para la construcción de la tercera nave de la catedral granadina, hallaron entre los escombros una caja de plomo, betunada y de escaso tamaño, que encerraba varios objetos: un lienzo triangular, mitad de uno cuadrangular, una tablita con la imagen de la Virgen María en traje de “egipciana”, un hueso y un pergamino enrollado y doblado, escrito en árabe, castellano, latín y con letras griegas. Este último era el más interesante de lo hallado, y causó enseguida una gran conmoción pública, pues contenía una profecía del evangelista San Juan sobre el fin de los tiempos, que había traído San Cecilio —del que se daban noticias concretas por vez primera—, quien la había recibido, junto con los otros objetos, de San Dionisio Areopagita a su paso por Atenas, y que había mantenido oculta el presbítero Patricio. En peregrina profecía se anunciaba la venida de Mahoma en forma de oscuras tinieblas, en el siglo VII , y la irrupción de Lutero, en forma de dragón, en el siglo XVI , quien dividiría la cristiandad en sectas; todo rubricado con la firma de San Cecilio.
El día 23, cinco días después del hallazgo, se dieron los primeros pasos para su calificación, que produjo sus frutos con la reunión de una Junta Magna —se dice que participó en ella San Juan de la Cruz—, que el día 5 de abril pronunció, sobre las traducciones ya realizadas, un primer dictamen favorable. El 24 de mayo muere el arzobispo Juan Méndez de Salvatierra, prudente y cauteloso, lo que ocasionó la suspensión del proceso. Por presión del cabildo granadino, el 3 de octubre se emitió un breve por el papa Sixto V en que se recomendaba reabrir los trámites para
la calificación. Entre tanto accede a la prelatura granadina don Pedro de Castro, quien haciendo uso de prudencia, que será poco duradera, detiene el proceso (1591). Pronto los hallazgos turpianos despertaron razonables
dudas por la actitud reticente de algunos expertos y la variedad de los contenidos de las traducciones. Eran voces, más o menos abiertamente críticas, de personajes tan prestigiosos como Juan Bautista Pérez, obispo de Segorbe, Juan de Horozco y Covarrubias, arcediano de Cuéllar, el gran polígrafo Benito Arias Montano, su discípulo el memorialista Pedro de Valencia..., y Luis del Mármol Carvajal, cronista de la guerra de las Alpujarras, primero que desvía sospechas hacia el morisco Alonso del Castillo. Pero la semilla estaba echada: la religiosidad de los granadinos
se inclinaba por el prodigio, parecía necesitar de él. Este primer hallazgo no es más que el prólogo de lo que seguiría. Se inserta en el ambiente de exaltada religiosidad y de credulidad, común a toda la geografía hispana, pero también en la exuberante imaginación popular, predispuesta al hallazgo de tesoros, más atractivos cuanto más misteriosos. Por sus circunstancias históricas, Granada era la tierra más abonada, donde el imaginario popular contaba con los mejores alimentos, casi nueve siglos musulmana tras su pasado romano. Por ello, no debe extrañar que el hallazgo turpiano se hubiera instalado tan firmemente en ese imaginario popular que de alguna forma anhelaba su continuación. Ésta llegó apenas siete años después, cuando unos buscadores de tesoros, guiados por un libro de “recetas” —nada extraños en la época—, encontraron el anhelado bien, el “tesoro”, tras tres meses de búsqueda. El paraje, la colina de Valparaíso; el lugar, unas cuevas abandonadas de ruinas antiguas; la fecha, el 21 de febrero de 1595. Este primer hallazgo: unas láminas de plomo escritas en un alfabeto extraño (caracteres “salomónicos”, es decir, árabe distorsionado para fingir antigüedad) y latín referentes a un San Mesitón, mártir. Se intensifican las labores de búsqueda y sucesivamente van apareciendo otras láminas con noticias referentes a San Hiscio y San Tesifón y sus respectivos discípulos; el 30 de abril la referente al martirio de San Cecilio, primer obispo de Ilíberis, y de sus discípulos Septentrio y Patricio. Junto a las láminas, huesos y cenizas de los mártires, inmediatamente elevadas a la categoría de “reliquias venerables” por el calor popular. Los mártires “ilipulitanos” se fijan en doce, número místico: Cecilio, Tesifón, Mesitón, Hiscio, Septentrio, Patricio, Turilo, Panuncio, Maronio, Centulio, Maximino y Lupario. Según las láminas, Cecilio y Tesifón, naturales de Arabia, que se habían llamado respectivamente Ibn al-Radi y Ibn Attar, fueron curados milagrosamente por Jesucristo, de su sordomudez y ceguera respectivas, quien les impuso los nuevos nombres. Su labor de escritores de los plúmbeos corroboraba no sólo su propia vida sino la venida de Santiago el Mayor a España. Entre abril de 1595 y mayo de 1599, aparecen un total de 22 conjuntos de láminas de plomo (de forma circular, de un tamaño no uniforme pero aproximado al de una hostia de consagrar; número de “hojas” variable y unidas por hilos metálicos), que luego vinieron a denominarse impropiamente “libros plúmbeos”, pues ni la forma y tamaño ni la disposición de las láminas los asemejaban a un libro convencional. Hay que sumar unas láminas alargadas explicativas de los contenidos de los libros. No reproduciré la relación de los Libros Plúmbeos.Los libros aparecían junto a los supuestos huesos de los mártires y a masas que exhalaban un dulce olor..., reliquias divinales... Los hallazgos conmocionaron a la ciudad de Granada, satisfaciendo con demasía todas las expectativas:

Providencial era la ocasión para llenar el largo vacío eclesial causado por los ocho siglos de dominio musulmán, que aún se dejaba sentir [...] El descubrimiento de unos mártires discípulos de Santiago el mayor, el patrón de las Españas, era la mejor forma de puentear el Islam, supliendo el gran vacío que supuso su religión y su cultura, y redescubrir sus orígenes cristianos vinculados nada más y nada menos que a los mismos apóstoles.

La lámina alusiva a San Cecilio, el primer obispo de la Granada antigua, de Ilíberis, mártir de la Iglesia de Cristo, silenciado durante quince siglos, fue la que desató el mayor entusiasmo. Cerraba magistralmente el círculo, era la confirmación de las tradiciones medievales, hasta entonces “ciertas” pero indemostrables. Se instaura inmediatamente su festividad, que pasa al primero de febrero, fecha de su martirio según la lámina. El entusiasmo popular se desborda en la capital, cunde fuera de Granada, como reguero de pólvora inunda España. Santiago de Compostela se inflama de orgullo, corroborada su legitimidad. La colina de Valparaíso, ya Monte Santo, se puebla de cruces; se siguen procesiones sobre todo de mujeres; inmediatamente, las órdenes religiosas, las parroquias, las cofradías, las congregaciones se vuelcan en manifestaciones de incontenible sentimiento. Los milagros completan un cuadro que dispara los fervores: la dulce fragancia que despiden los restos, las visiones de luces celestes y de resplandores sobre las cavernas de la colina de Valparaíso, las procesiones de espíritus que contempla el propio Castro y otros prodigios, como la erradicación de la peste en Sevilla, en el año 1599, por el influjo milagroso de los hallazgos. Paralelamente, el arzobispo Castro había tornado su prudencia inicial en creencia ciega. Todo cuanto encontró lo recibió como una gracia especial del Cielo. Cumplió no obstante con sus obligaciones de conciencia, consultando con hombres doctos, a los que pidió sus pareceres. Hubo de todo, desde los más exaltados defensores, hasta los que desde el comienzo condenaron los hallazgos como burdos fraudes, denunciados no sólo por su factura formal, sino, sobre todo, por las circunstancias históricas y los contenidos doctrinales que encerraban, incapaces de soportar una mínima mirada crítica. Entre los más decididos impugnadores, el obispo de Segorbe, Juan Bautista Pérez, y el licenciado Gonzalo Valcárcel, que presentó sus alegatos ante el Consejo de Castilla. El padre Mariana llamó a la cautela. El jesuita morisco Ignacio de las Casas, defensor al principio, se alineó entre los acérrimos contradictores, llegando a granjearse la enemistad personal del prelado granadino, pues lejos de limitar su acción a los dictámenes, puso toda su influencia ante los superiores de su orden para que influyeran en la Santa Sede. Entre los defensores, los doctores Pedro Guerra de Lorca, Francisco de Terrones y Gregorio López Madera, el notorio falsario jesuita Jerónimo Román de la Higuera, Justino Antolínez de Burgos y una larga nómina que irá creciendo a lo largo del proceso. Pero lo que verdaderamente contó fue la voluntad del arzobispo Castro, su tesón al servicio de una credulidad que se torna en militancia. Roma le sirvió las armas que demandaban sus afanes dejándole la iniciativa en la calificación de las reliquias, según norma tridentina, aunque se reservaba el apartado de los libros hasta que vencida su dificultad todo estuviese convenientemente establecido. Era la romana una negativa en toda regla a autentificar unos libros que en círculos eclesiásticos cualificados eran tachados de torpes falsificaciones. En los cenáculos más informados las sospechas recaían en los moriscos Miguel de Luna y Alonso del Castillo, e incluso se hacían cábalas sobre sostenedores más encumbrados. Pese a la reiteración por la Santa Sede en separar libros y reliquias (documentos de 15 de enero de 1596; de 1 de septiembre de 1597; de 1 de julio de 1598), que cualquier receptor medianamente objetivo habría interpretado como condena “indirecta y oficiosa” de las mismas, dada la estrecha imbricación de ambos, se llegó a la reunión de la Junta de Calificación: una cincuentena de expertos eclesiásticos, de toda dignidad y especialidad, con Castro y obispos sufragáneos a la cabeza, declararon las reliquias auténticas y dignas de veneración. El 30 de abril de 1600, el arzobispo Castro publicaba el decreto:

...En consecuencia de lo cual, declaramos las dichas Reliquias deben ser recibidas, honradas y veneradas, y adoradas con culto divino, como reliquias verdaderas de nuestra Señora, y de los dichos mártires que reinan con Dios nuestro Señor... Y así mismo declaramos el mismo lu30 manuel barrios aguilera gar y monte de Valparaíso, en las cavernas del cual padecieron martirio todos los dichos santos, ser lugar santo y sagrado y deber ser honrado y venerado, como las dichas láminas lo mandan en memoria de los santos que padecieron martirio en él, y tener las prerrogativas que da el derecho a tales lugares sagrados, que mandamos que en todo se les guarde...

TEXTOS

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Darío Cabanelas

 

Cervantes, El Quijote, los moriscos...

Después de 1501, la situación de los moriscos de Granada empeoró sensiblemente. La pragmática promulgada en 1567 por Felipe II, quien nunca quiso su destierro, básicamente quitó a los moriscos su estilo de vida, prohibiéndoles, entre otras cosas, hablar, leer y escribir en árabe, vestir y celebrar fiestas a lo árabe, usar nombres árabes, e inclusive bañarse en baños artificiales (Caro Baroja 158–59). La situación se hizo insostenible para muchos de los moriscos; contra estas prohibiciones y restricciones, se sublevaron en 1568. La violencia y destrucción de este último levantamiento (y creación de un reino independiente en las Alpujarras bajo su rey Aben Humeya), estudiado detalladamente por historiadores como Luis del Mármol Carvajal, convenció a muchos cristianos que la minoría era inasimilable (Domínguez Ortiz y Vincent 163). Esta última guerra entre los moriscos rebeldes y el ejército del rey produjo barbaridades en ambos lados. La victoria de los cristianos en 1570 resultó en el éxodo de miles de los moriscos granadinos, esparcidos principalmente por Castilla para trabajar en los campos de lugares como Quintanar de la Orden y El Toboso.

La historia de don Quijote es una burla de la autoridad de textos basados en fuentes falsas. Cervantes sacó esta idea parcial o totalmente de la falsificación de los Libros plúmbeos de Granada. Los lectores informados de los primeros años del siglo XVII seguramente vieron en seguida la relación entre estos textos falsos y la gran novela cervantina...

De Cide Hamete Benengeli y los Libros plúmbeos THOMAS E. CASE

TEXTOS

El Quijote y Los Libros Plúmbeos
Quijote Cap. 9   Quijote Cap. 52
 

Sonoros

 
Algunos archivos sonoros, documentos históricos grabados y recreación sonora de diverso anecdotario histórico.

Temor de un cristiano viejo, que iba a ser descapullado.

Un cristiano tiene problemas con el tocino.

Oda a Felipe III - Expulsión de los moros de España...

Don Quijote de la Mancha. Cap. LII

Don Quijo de la Mancha - Fin Primera Parte

Luis de Góngora - Al Sacromonte

Profecía sobre el año de 1588

Los Plomos del Sacromonte: La Torre Turpiana

PEQUEÑO DICCIONARIO DE TÉRMINOS DE LA RUTA DEL JUGLAR: LINK.

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Cartografía Antigua.

 

 

seco

Plano de Seco de Lucena

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sacro

Plano del Sacromonte de Vico siglo XVII

 

Juglaria

Arriba

 

guesdon

Granada de Guesdon. siglo XIX

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sobrino

Plano de Miguel Sobrino - Aproximación a la Granada Andalusí

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